El cáncer de mama y el cáncer de próstata son tumores que con mucha frecuencia muestran tener una hormonodependencia. Muchos de estos tumores presentan en la superficie de sus células receptores para la somatostatina (hormona inhibidora de la hormona de crecimiento). Para el tratamiento se emplean análogos de la somatostatina, que detienen el avance del tumor y que reducen la producción de hormonas por parte de las células tumorales.
La eficacia no ha sido demostrada en pacientes con cáncer de mama receptor hormonal negativo. La heparina estuvo implicada en el desarrollo de síndrome del túnel carpiano tras formarse un hematoma en la región de la muñeca que se utilizó para la inserción de un catéter [24]. Para ello, 317 mujeres supervivientes de cáncer de mama (59 años de media y 6 desde la finalización del tratamiento) con estadios entre 0 y IIIc fueron reclutadas. Se les analizó la función cognitiva, el nivel de depresión y de AF a través de cuestionarios.
Los trastornos musculoesqueléticos, incluyendo el dolor articular, óseo y muscular, son más frecuentes con los inhibidores de la aromatasa que con tamoxifeno (modulador selectivo de los receptores de estrógenos) o el placebo. La mayor parte de las mujeres que reciben tratamiento hormonal por una enfermedad diseminada terminan desarrollando resistencia a las hormonas, es decir el tumor encuentra vías alternativas para poder seguir creciendo a pesar del tratamiento hormonal. Otros ensayos clínicos han demostrado una frecuencia más alta, estadísticamente significativa, del síndrome del túnel carpiano con anastrozol que con tamoxifeno (2,6% frente a 0,7%, respectivamente), con exemestano que con tamoxifeno (2,8% frente a 0,6%) y con letrozol que con tamoxifeno (0,8% frente a 0,2%) [4-6]. El objetivo de la terapia hormonal en el caso del cáncer de próstata es reducir la concentración de andrógenos en la sangre; en este caso la testosterona, que estimula el crecimiento de las células tumorales.
Por otra parte, el incremento en la liberación de sales biliares en estas condiciones y la formación de micelas podrían explicar el efecto sobre la absorción de moléculas liposolubles como lapatinib7. La exposición a niveles supraterapéuticos de lapatinib por un incremento en la absorción podría explicar la toxicidad hepática en nuestra paciente. Esta hipótesis adquiere más relevancia si tenemos en cuenta que, una vez corregida la pauta de administración, el estado de la paciente mejoró notablemente, recuperando valores normales de bilirrubina y enzimas hepáticas. En las pacientes en las que no esté claro el estado postmenopáusico, se deben evaluar los niveles de hormona luteinizante (LH), hormona estimulante del folículo (FSH) y/o estradiol antes de iniciar el tratamiento con letrozol.
La formación de metabolitos menos frecuentes no identificados y la excreción renal y fecal directa juegan sólo un papel menor en la eliminación global de letrozol. Durante las 2 semanas siguientes a la administración de 2,5 mg de letrozol marcado con 14C a voluntarias postmenopáusicas sanas, se recuperó en orina un 88,2 ± 7,6% de la radioactividad y en heces un 3,8 ? Por lo menos un 75% de la radioactividad recuperada en la orina en 216 horas (84,7 ? 7,8% de la dosis) se atribuyó al glucurónido del metabolito carbinol, un 9% aproximadamente a dos metabolitos no identificados y un 6% a letrozol inalterado. El Análisis de los Tratamientos Secuenciales (ATS) aborda la segunda cuestión principal del BIG 1-98, es decir si la secuenciación de tratamientos de tamoxifeno y letrozol sería superior a la monoterapia.
Los hallazgos de ‘MONALEESA-2’ validan el uso de un inhibidor selectivo de CDK4/6 en combinación con terapia hormonal como tratamiento inicial para el cáncer de mama avanzado HR+/HER2-. Dada la significativa extensión de la SLP y el beneficio clínico observado con LEE011, el análisis del objetivo primario (SLP) de este estudio se detuvo anticipadamente en mayo de 2016 conforme a las recomendaciones del comité de monitorización de datos. Se llevó a cabo un estudio clínico doble ciego, controlado, comparando 2,5 mg de letrozol frente a 20 mg de tamoxifeno como terapia de primera línea en mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama avanzado. En 907 mujeres, letrozol fue superior a tamoxifeno en el tiempo hasta la progresión (objetivo principal) y en la respuesta global objetiva, el tiempo hasta el fracaso del tratamiento y el beneficio clínico.
En consecuencia, después del primer análisis intermedio se abrió el código de aleatorización y el estudio continuó de forma abierta y las pacientes en el brazo de placebo pudieron pasarse a letrozol durante hasta 5 años. El análisis final incluyó 1551 mujeres que pasaron de placebo a letrozol con una mediana de 31 meses (intervalo 12 a 106 meses) después de completar la terapia adyuvante con tamoxifeno. Las mujeres con antecedentes de osteoporosis y/o fracturas, o con un riesgo aumentado de osteoporosis se deben someter a una evaluación formal de la densidad mineral ósea antes de iniciar el tratamiento adyuvante y adyuvante de continuación, y controladas durante y después del tratamiento con letrozol.
Si la respuesta no es adecuada, el tratamiento con letrozol se debería interrumpir y programar la cirugía y/o otras opciones de tratamiento comentadas con el paciente. Se han notificado algunos casos de síndrome del túnel carpiano con beta-bloqueantes que se resolvieron espontáneamente entre 6 y 10 semanas después de la retirada del fármaco [38, 39]. El síndrome del túnel carpiano también se cita como efecto adverso, poco frecuente, de un inhibidor de la integrasa del VIH, raltegravir [29, 30]. AnticoagulantesEl síndrome del túnel carpiano se ha descrito en pacientes tratados con anticoagulantes.
Además, accede a la colección de fotografías de medicamentos y fichas técnicas y prospectos en España junto con su precio y alertas de seguridad o disponibilidad. Cimetidina, un inhibidor todos-esteroides débil e inespecífico de los enzimas CYP450, no afectó las concentraciones plasmáticas de letrozol. Letrozol mostró un bajo grado de toxicidad aguda en roedores expuestos a 2.000 mg/kg.
Estos datos se presentarán en la sesión informativa oficial del Congreso 2016 de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés) y se publicarán en el ‘The New England Journal of Medicine’. En concreto, los datos demuestran que LEE011, en combinación con letrozol, redujo el riesgo de muerte o progresión en un 44 por ciento con respecto a letrozol solo. Además, la combinación mejoró significativamente la SLP en todos los subgrupos de pacientes, al margen de las características de la enfermedad o la demografía.
Por tanto, los tratamientos hormonales van a ser algo diferentes en las mujeres pre y postmenopáusicas. En las mujeres premenopáusicas se utiliza fundamentalmente un fármaco conocido como tamoxifeno que funciona como un antiestrógeno, es decir se une a las células tumorales en el mismo receptor al que se unen los estrógenos y con ello impide que estos estimulen el crecimiento de las células tumorales. Otra forma de impedir la acción de los estrógenos es mediante la inducción de la menopausia en mujeres que aún no han llegado a ella.